El squash (Símbolo)
Robert reúne varios rasgos asociados en la cultura patriarcal a lo masculino: es frío, profesional, racional, mujeriego y violento, sobre todo con su esposa. Además, no consigue interesarse por otra cosa que no sea el squash, un deporte que solo juega con sus amigos. Incapaz de expresar sus sentimientos de cariño, utiliza el squash como una excusa para encontrarse y compartir con otros hombres, lo que transforma a este deporte en un símbolo de su amistad.
De este modo, cuando Jerry se entera de que Robert estaba al tanto su aventura con Emma, le pregunta por qué no dijo nada y cómo pudo ser que, durante tanto tiempo, hayan seguido siendo amigos. Ante ello, Robert responde: “Pero a jugar squash no fuimos más” (83). Si el squash es un símbolo de la amistad de Robert, el hecho de no jugarlo más representa la ruptura de este vínculo.
La llave (Símbolo)
En la escena III, Jerry y Emma toman la decisión de poner fin a su aventura. Después de llegar a un acuerdo para vender los muebles y renunciar al contrato de alquiler del apartamento, Emma se prepara para irse. En ese momento, intenta sacar la llave del departamento de su llavero para que Jerry pueda devolvérsela al propietario, pero no lo consigue y, frustrada, le arroja el manojo a Jerry. Él lo agarra, retira la llave con calma y se la devuelve. Emma lo recibe con el siguiente comentario: “Gracias. Escuchá. Creo que tomamos exactamente la decisión que había que tomar” (94). Aquí, la llave funciona como un símbolo del vínculo que compartían Emma y Jerry, el acceso a la vida que compartían juntos: el apartamento. Al devolver la llave, Emma le pone fin literal y simbólicamente a su relación.
El mantel y la comida (Símbolos)
Al regresar de Venecia en la escena VI, Jerry y Emma se encuentran en su apartamento. Emma le dice a Jerry: “compré algo en Venecia… para la casa” y saca un mantel del envoltorio. Luego le pregunta a Jerry si le gusta, quien responde que “es divino” (114), antes de que Emma cambie el sentido de la conversación para preguntarle si iría a Venecia con ella alguna vez. En la obra, el mantel simboliza los intentos de Emma de construir un sentido doméstico, cuando no familiar, en su aventura extramatrimonial con Jerry, algo que se extienda más allá del sexo. En otras palabras, simboliza su deseo de hacer del apartamento un hogar, algo que bien señala Jerry en la escena III: "No es un hogar. (Pausa). Ya sé… Ya sé lo que querías… pero no podía nunca… ser un hogar de verdad. Vos tenés un hogar. Yo tengo un hogar. Con cortinas, etcétera. Y chicos. Dos chicos en dos hogares. Acá no hay chicos, así que no es el mismo tipo de hogar" (91, 92).
Durante este periodo, Emma le cocina a Jerry regularmente, acción que refuerza este mismo sentido. Como ya sabemos, estos intentos resultarán inútiles cuando deban vender todo lo que hay en el apartamento, incluido el mantel, una vez finalizada su aventura.
El vestido de bodas (Símbolo)
En la cultura occidental, el característico color blanco de los vestidos de bodas simboliza el honor femenino que, a diferencia del masculino, está fundamentalmente asociado a la noción de virginidad. En la última escena de la obra, se produce el siguiente intercambio entre Emma y Jerry:
JERRY: Fui el padrino de tu boda. Te vi de blanco. Te observé deslizarte de blanco.
EMMA: No estaba de blanco.
JERRY: ¿Sabés qué tendría que haber ocurrido?
EMMA: ¿Qué?
JERRY: Te tendría que haber poseído ahí, de blanco, antes de tu boda. Te tendría que haber mancillado, dejarte negro todo ese vestido blanco, deshonrado tu vestido de novia, antes de llevarte al altar como tu padrino. (134)
De este modo, la obra acude a este simbolismo para señalar, en un principio, la presunta falta de virtud de Emma, aun antes de casarse, y, por el otro, el deseo de Jerry de transgredir ese honor, de “volverlo negro”.
Cabe mencionar que la idea misma de virginidad es una construcción social sin sustento biológico ni científico, y que ha sido históricamente utilizada para ejercer control sobre la sexualidad y el cuerpo de las mujeres.
Los nombres en el timbre (Símbolo)
En la primera escena, Jerry y Emma recuerdan su pasado juntos. Emma revela que recientemente pasó por el departamento que compartían cuando tenían su aventura, y que buscó sus nombres en el timbre: “Entonces me bajé del auto y subí los escalones. Me fijé en los timbres, ¿viste?, los nombres en los timbres. Busqué nuestro nombre” (73). En ese momento, Jerry completa su relato:
JERRY: ¿No los encontraste, no?
EMMA: No. (Ídem)
En el transcurso de la aventura, los nombres en el timbre proporcionaban una prueba tangible de su relación, incluso a pesar de que no incluían sus apellidos. De este modo, simbolizan el pasado compartido de los amantes, así como el posterior deseo de Emma de conectarse con ese momento de su relación. El hecho de que ya no estén, por el contrario, acaba con la evidencia de que ese romance haya ocurrido alguna vez:
JERRY: Es porque ya no estamos ahí. Hace años que no estamos.
EMMA: No, no estamos.
(Pausa). (73)