La Nueva Atlántida

La Nueva Atlántida Preguntas de Ensayo

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    ¿Cuál es el rol del narrador en La Nueva Atlántida?

    Aunque el texto está narrado en primera persona, el foco no está puesto en la figura del narrador, sino en lo que este aprende a través de sus interlocutores: el Gobernador de la Casa de los Extranjeros, Joabin y el padre de la Casa de Salomón. Estos personajes describen cómo es la utopía de Bensalem, mientras el narrador actúa como mediador entre esa sociedad ideal y el lector. De este modo, se convierte en un doble del lector europeo culto del siglo XVII, que, como él, es testigo de una civilización ficticia que ha perfeccionado su comprensión de la humanidad a través de la ciencia, la religión y el orden moral.

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    ¿Por qué rige el secretismo en la sociedad de Bensalem?

    La Nueva Atlántida comienza con un tono de misterio: el narrador y su tripulación, perdidos en el mar, llegan a una isla desconocida cuyos habitantes, al principio, se muestran reticentes a dejarlos desembarcar. Incluso cuando se les permite ingresar, la información sobre la isla les es revelada gradualmente por distintos interlocutores. Este secretismo cumple una función literaria, generando suspenso, pero también refleja un rasgo esencial de la sociedad utópica de Bensalem. Según explica el Gobernador de la Casa de los Extranjeros, el antiguo rey Salomona quiso proteger a su pueblo de la corrupción del mundo exterior, sin por ello renunciar al progreso que puede derivarse del contacto con ese mismo mundo. Por eso la isla permanece en secreto: es un espacio resguardado que admite forasteros solo bajo ciertas condiciones y que, al mismo tiempo, envía exploradores secretos para recopilar información sobre los avances tecnológicos y científicos del resto del planeta.

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    ¿Por qué los habitantes de Bensalem permiten que los marineros desembarquen en la isla?

    Cuando los marineros avistan por primera vez la isla, son recibidos por un bote con ocho personas, uno de los cuales les entrega una nota. En ella se les informa que no pueden desembarcar, aunque se les pueden acercar provisiones por mar. La nota lleva también el signo de la cruz, lo que llama la atención de estos exploradores cristianos. Al comunicar que tienen a varios hombres enfermos a bordo, los isleños les preguntan si son cristianos. Solo cuando los marineros confirman su fe se les permite desembarcar. Este momento anticipa la importancia del cristianismo en La Nueva Atlántida, puesto que funciona como vínculo de confianza y de experiencia compartida entre los exploradores europeos y los habitantes de Bensalem.

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    ¿Qué es una utopía y de qué manera Bensalem encarna esa idea?

    La Nueva Atlántida nunca utiliza la palabra “utopía”, pero no porque este término no existiera. De hecho, Tomás Moro lo acuñó en su obra Utopía (1516), casi un siglo antes de que Bacon escribiera su texto, para describir una sociedad insular ubicada en el Nuevo Mundo. Aunque Bacon no presenta Bensalem como una utopía, la isla reúne muchas de las características de una sociedad perfecta y armónica: su gente es amable y virtuosa, el dinero es despreciado, se celebra la unión familiar y matrimonial, no hay corrupción, y toda la comunidad busca la prosperidad y el progreso.

    Es posible que Bacon haya evitado la palabra “utopía” porque su visión no se limita a la armonía social, puesto que esa armonía surge del compromiso con la investigación científica y la búsqueda de conocimiento.

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    ¿De qué manera La Nueva Atlántida critica la sociedad europea de la Edad Moderna?

    Como Bensalem representa una encarnación casi perfecta de la sociedad humana, es comparada constantemente de forma favorable frente a la Europa moderna –y en particular, la Inglaterra del siglo XVII–, caracterizada por su corrupción, su inmoralidad y la degradación de vínculos fundamentales como el matrimonio y la familia. A través de referencias a burdeles y conflictos familiares, Bacon critica el desorden moral de su tiempo.

    Pero la crítica más profunda apunta a la incapacidad de Europa para conciliar ciencia y religión, una armonía que sí se alcanza en Bensalem. En esta sociedad utópica, el poder no está en manos de reyes o aristócratas, sino de cristianos devotos comprometidos con el progreso científico. De este modo, La Nueva Atlántida sugiere una crítica indirecta a la monarquía inglesa y a la noción del derecho divino de los reyes, defendida por Carlos I, quien fue ejecutado por traición en 1649.