Resumen
El Gobernador de la Casa de los Extranjeros les explica a los exploradores cómo llegó el cristianismo a Bensalem. Veinte años después de la ascensión de Cristo, los habitantes de la isla vieron a lo lejos un gran pilar de luz en el mar. Intentaron acercarse, pero una fuerza invisible les impedía avanzar. Entonces, uno de los sabios de la Casa de Salomón levantó las manos al cielo y reconoció el milagro como un acto de Dios. Solo así pudo avanzar hacia la luz.
El pilar se deshizo en un firmamento de estrellas y dejó flotando un pequeño cofre. Dentro había una rama verde de palma, una Biblia y una carta de San Bartolomé que proclamaba el amor de Jesucristo por los habitantes de la isla.
Los forasteros le preguntan al Gobernador cómo es posible que nunca hayan oído hablar de Bensalem, mientras que los habitantes de la isla parecen conocer muchas otras naciones del mundo. Él les explica que, siglos atrás, Bensalem fue un importante centro de comercio. Sin embargo, las guerras entre civilizaciones destruyeron muchas rutas comerciales y dejaron a la isla aislada, incluso de las Américas.
Tras ese aislamiento, el rey de entonces, llamado Salomona, dictó una serie de leyes para preservar la humanidad y la paz de su pueblo. Entre ellas, prohibió el contacto regular con el exterior y restringió el desembarco de extranjeros para quienes estuvieran enfermos. A quienes eran admitidos, se los trataba con máximo respeto y cuidado, ya que el objetivo era aprender del mundo sin sufrir las consecuencias negativas del comercio o la colonización. Por eso, aclara el Gobernador, las reglas de Bensalem pueden parecer tan estrictas.
Análisis
Esta parte de la narración revela la visión idealizada que Bacon propone sobre el liderazgo y la política en una sociedad guiada por la sabiduría y la fe. Cuando el Gobernador cuenta cómo Bensalem adoptó el cristianismo, se presenta un origen divino, no impuesto por exploradores ni conquistadores, como era habitual durante la expansión europea. En cambio, la isla fue cristianizada apenas veinte años después de la ascensión de Cristo, gracias a la intervención de Dios por medio de San Bartolomé.
El rol que desempeña uno de los sabios de la Casa de Salomón, también llamada "Colegio de la Obra de los Seis Días" (26), en este hecho es significativo: es él quien, al reconocer la señal divina, logra acceder al milagro. Este detalle anticipa la función central de la Casa de Salomón en la vida de la isla: es allí donde se cultivan el conocimiento, la espiritualidad y la capacidad de interpretar el mundo.
La figura del rey Salomona, tal como la describe el Gobernador, encarna el ideal de un gobernante sabio, prudente y profundamente humano. Las leyes que implementa, como el aislamiento voluntario de la isla, el ingreso restringido de forasteros y la fundación de la Casa de Salomón, tienen un propósito claro: preservar la paz y la integridad moral de su pueblo, sin impedir el acceso a saberes valiosos del mundo exterior. En lugar de cerrar la isla por miedo o ignorancia –como lo ha hecho China, según explica el Gobernador– Salomona establece una red de conocimiento selectivo, que permite aprender sin exponerse a las consecuencias destructivas de la guerra, la codicia o la corrupción.
Este retrato de un monarca benevolente y racional contrasta con los liderazgos europeos de la época de Bacon. Algunos críticos han interpretado esta figura como una crítica velada a la monarquía inglesa, especialmente al reinado de Carlos I, quien sostenía el principio del Derecho Divino de los Reyes, y cuya política autoritaria culminaría en su ejecución por traición en 1649. Frente a ese modelo, Bacon ofrece una alternativa: un soberano que no se impone por poder absoluto, sino que gobierna con sabiduría, buscando el bienestar de su pueblo y el avance del conocimiento humano.