La Nueva Atlántida

La Nueva Atlántida Ironía

El europeo, presuntamente el más civilizado, aparece como el modelo corrompido del relato (Ironía situacional)

Cuando Joabin elogia la castidad y la moral de los habitantes de Bensalem, lo hace contrastándolos con los europeos, a quienes describe como corruptos, libertinos y materialistas. Esta comparación resulta irónica porque, en el contexto colonial y eurocentrista de la época, se esperaba que los europeos fueran los portadores de la civilización, y que los pueblos extranjeros fueran quienes debían ser “educados”. En cambio, La Nueva Atlántida invierte esa lógica: los supuestos civilizados (los europeos) son retratados como quienes necesitan ser civilizados por una cultura superior. Esta inversión constituye una ironía situacional, porque subvierte las expectativas de jerarquía cultural del lector europeo, mostrando que el verdadero modelo moral y racional no está en Europa, sino en una isla desconocida y lejana.

"La Nueva Atlántida" revela una utopía pero de forma inconclusa (Ironía estructural)

Aunque La Nueva Atlántida quedó inconclusa por la muerte de Francis Bacon, esta interrupción inesperada genera una ironía estructural: el proyecto de imaginar y describir una sociedad perfecta, racional y plenamente ordenada no logra completarse. El hecho de que el texto termine antes de cerrar su relato pone en tensión la idea misma de “utopía” como algo cerrado y acabado. Así, el carácter inacabado de la obra puede interpretarse como un comentario implícito (aunque involuntario) sobre los límites de toda utopía: quizás el ideal no puede ser totalmente representado o realizado por completo. También puede leerse esta falta de conclusión como una metáfora del propio proyecto baconiano, que concibe la ciencia como una empresa siempre abierta.