Genero
Novela utópica.
Configuración y Contexto
La isla ficticia de Bensalem, durante la primera parte del siglo XVII.
Narrador y Punto de Vista
El texto está narrado en primera persona por un miembro de la tripulación de un barco perdido que llega accidentalmente a la isla de Bensalem.
Tono y Estado de Ánimo
Al comienzo del relato, se construye un halo de misterio debido al secretismo con el que se comportan los habitantes de la isla. A medida que avanza la narración, predomina un tono de asombro, optimismo y celebración ante esta organización social ideal.
Protagonista y Antagonista
No hay en la trama un desarrollo de personajes que permita hablar de protagonistas y antagonistas en el sentido tradicional.
Conflicto Principal
En esta ficción no hay un conflicto en el sentido narrativo clásico; en cambio, se presenta una sociedad utópica en la que el conflicto ha sido erradicado. La única tensión del texto reside en el marcado contraste moral e ideológico con Europa, cuya corrupción se opone a la perfección de Bensalem. En este sentido, la utopía funciona como una crítica implícita, al sugerir que los verdaderos conflictos son los del mundo real contemporáneo a la obra.
Climax
El clímax de 'La Nueva Atlántida' se alcanza con la entrevista privada entre el narrador y el padre de la Casa de Salomón. Este encuentro representa el punto culminante de la historia, ya que es aquí donde se revela la esencia y el propósito fundamental de Bensalem.
Presagio
Cuando los marineros se encuentran por primera vez con los habitantes de la isla, reciben una nota que incluye la señal de la cruz. Este símbolo anticipa la conexión que compartirán con los isleños a través de la fe cristiana.
Atenuación
En 'La Nueva Atlántida', los interlocutores del narrador, especialmente el padre de la Casa de Salomón, exponen sus extraordinarios logros científicos y morales con sobriedad descriptiva y tono factual, evitando todo tipo de exageración. Esta mesura en el discurso, al contrastar con la magnitud de las maravillas reveladas, intensifica el asombro del narrador y, por ende, del lector.
Alusiones
'La Nueva Atlántida' tiene numerosas alusiones religiosas, filosóficas y geográficas. Una de las más relevantes es la constante referencia a la simbología cristiana, propio del contexto religioso de Bacon y su público. En especial, se destaca la carta apócrifa de San Bartolomé, que los habitantes de Bensalem encuentran junto a una Biblia y una rama verde de palma, como pruebas de la bendición divina sobre su sociedad. Además, el título de la obra remite a la 'Atlántida' de Platón, evocando la idea de una civilización avanzada que cayó en desgracia. El gobernador de la Casa de los Extranjeros afirma que esa "Gran Atlántida" no era otra que América, antes de un gran diluvio que la sumió en la ignorancia y el salvajismo. Esta alusión transforma el mito clásico y el imaginario del "Nuevo Mundo" en una pieza clave del proyecto utópico de Bacon, al presentar Bensalem como una restauración idealizada de aquel esplendor perdido.
Imágenes
Ver sección "Imágenes".
Paradoja
Bensalem se organiza en torno a la idea de que la ciencia y la religión no están en conflicto. Esto pudo haber parecido paradójico para los lectores del siglo XVII (y aun para algunos lectores contemporáneos), pero esta paradoja es central en la comprensión de Bensalem como una utopía o sociedad perfecta que supo reunir la moral cristiana y el descubrimiento científico.
Paralelismo
El padre de la Casa de Salomón funciona como un paralelo del Rey de Inglaterra (entonces Carlos I), ya que ambos son líderes con autoridad casi divina. Sin embargo, a diferencia de Carlos I, el padre se dedica a la unión de Iglesia y Estado en nombre del descubrimiento científico.
Metonimia y Sinecdoque
El narrador utiliza “Bensalem” para referirse no solo al territorio geográfico, sino al conjunto de valores, estructuras sociales y prácticas morales que definen su utopía, un ejemplo de metonimia como forma de simplificar la referencia a un concepto más amplio.
Personificación
Se pueden interpretar los roles que componen la Casa de Salomón como personificaciones de distintos elementos del método científico. Los “Mercaderes de la Luz” representan el conocimiento ya conocido, mientras que los “Intérpretes de la Luz” personifican la capacidad de extraer conclusiones a partir de la investigación y la experimentación.