Río subterráneo

Río subterráneo Citas y Análisis

“Hay tantas cosas que quisiera decir, que ha intentado decir, pero renunció a ello porque suenan ridículas, él las oye ridículas en su tartajeo que todavía no sabe hablar. Sólo don Hernán… Pero con los otros no insiste, comprende que si uno no se explica los otros piensan que es inútil responderle, hablarle, porque sienten que no entiende, que su imposibilidad de expresión correcta es indicio seguro de imposibilidad de comprensión verdadera”.

Narrador, “Las palabras silenciosas”, p.14

Este pasaje ilustra uno de los modos en los que el tema de la incomunicación, central en esta obra, se presenta a través de los cuentos. Manuel, el protagonista del relato, es un hombre de origen chino que vive en un pueblo de México. Su dificultad para pronunciar la lengua española es la clave de sus desdichas y su soledad. De hecho, su esposa lo abandona para irse con otro hombre, con quien “sabían reírse a carcajadas al mismo tiempo y hablar igual” (11). Manuel padece que las demás personas lo consideren una persona poco inteligente o un niño debido a que no sabe hablar como el resto. Sin embargo, a través del recurso del monólogo indirecto, los lectores accedemos a gran parte de las reflexiones y los sentimientos de este personaje, y podemos comprobar una riqueza interior que el resto de los personajes ignora.

“Darán sus pésames a las mujeres veladas que no entienden nada, como yo. Que sólo tienen un muerto. Es mucho tener lo que tengo, féretro, un cadáver ante el cual llorar”.

Narradora, “Los inocentes”, p.29

La protagonista de “Los inocentes” cuyo hijo el gobierno ha secuestrado y asesinado. La cita corresponde a las últimas líneas del relato y resulta significativa porque da cuenta de la soledad y la incomprensión en la que se encuentra este personaje mientras atraviesa el profundo dolor del duelo. Como es habitual en los cuentos de Inés Arredondo, los personajes femeninos se encuentran constantemente enfrentados a un sistema patriarcal que ignora sus saberes y sentimientos, al tiempo que minimiza su inteligencia. En este caso, el cuento pone de manifiesto que los demás consideran que ella no está al tanto de las circunstancias de la muerte de hijo: es una simple mujer en duelo que no entiende nada. Por otro lado, cuando ella alude al valor de tener un féretro ante el cual llorar, refiere al hecho de que otros muertos a manos del ejército nunca son encontrados, quedando así desaparecidos.

“Mi rostro horrible, totalmente distinto al del sueño: las facciones son informes. Lo sé. No puedo tener una cara porque ninguno me reconoció ni lo hará jamás”.

Narradora, “Orfandad”, p.35

“Orfandad” comienza con el sueño de una mujer, en el que recrea un accidente que tuvo con sus padres en la infancia. En el sueño, sus padres mueren y ella pierde todas las extremidades, quedando inválida de por vida. Se encuentra en un hospital, donde los familiares de sus padres la visitan, pero ninguno decide hacerse cargo de ella. Al despertar, ya es mayor, pero no se encuentra en el hospital sino en la sucia cama de una habitación vacía, en un edificio donde ya no la visita nadie. En el sueño de su infancia, ella era una niña bella. Ahora, ya no reconoce belleza alguna en su cuerpo o su rostro. Este desconocimiento sobre su propio rostro se vincula en realidad a la falta de reconocimiento que percibe en el resto de la sociedad: su cara es informe porque nadie se digna a mirarla, porque las mutilaciones de su cuerpo ocasionan que las personas no la reconozcan como un ser humano. De este modo, el rechazo de sus familiares en el sueño y la soledad que caracteriza su presente deben comprenderse en conjunto.

“Ahora sí creo que mi padre está muerto. Pero no, en este preciso instante, dulcemente, sonríe: complacido. O me lo ha hecho creer la oscilación de la vela”.

Narradora, “Apunte gótico”, p.38

“Apunte gótico” es, quizá, el relato más difícil de interpretar de toda la selección que compone Río subterráneo. El cuento se encuentra narrado en primera persona por una niña que descansa en la misma cama junto a su padre. Ella permanece inmóvil y todo lo narrado corresponde a lo que observa desde su posición en la cama. La única luz en la habitación se proyecta desde una vela ubicada al lado de su padre, por lo que las imágenes que la niña observa son extrañas e ininteligibles. Esto se pronuncia aún más debido al estado de adormecimiento que la domina. Por ambos motivos, la escena resulta confusa y los lectores nunca nos enteramos del todo si el padre de la niña está muerto o si, como sostiene parte de la crítica, nos encontramos ante una situación incestuosa entre los dos personajes. Lo cierto es que el cuento nunca termina de resolver dicha ambigüedad y este pasaje, que corresponde con las últimas líneas del relato, es un ejemplo de ello.

“No salgas de tu ciudad. No vengas al país de los ríos. Nunca vuelvas a pensar en nosotros, ni en la locura. Y jamás se te ocurra dirigirnos un poco de amor”.

Narradora, “Río subterráneo”, p.57

La narradora de “Río subterráneo” es la menor de cuatro hermanos que han caído en la locura y la muerte. El relato corresponde a una carta escrita por ella a su sobrino, hijo de Pablo, el primer hermano en atravesar la enfermedad. El objetivo de su manuscrito es convencer a su sobrino de que no deje la ciudad para ir a visitarlos a ellos o las ruinas de la casa de Pablo, quien se suicidó prendiéndose fuego allí. Este pasaje corresponde al último párrafo del cuento y resulta significativo por varios motivos. En principio, el imperativo de que no vaya al país de los ríos posee en el relato un importante valor simbólico: mientras desarrollaba el modo en que los cuatro hermanos fueron paulatinamente enfermando, la narradora establece una comparación entre la fuerza del río y la de la locura que los invade. Además, ella considera que el mal que padecen se contagia a través del sonido de los gritos que profieren cuando la locura los domina. Ello explica el pedido de que su sobrino no los visite. Por último, cabe mencionar que Arredondo tiende a expresar en sus cuentos la soledad inexorable que atraviesan las personas que no logran amoldarse a los códigos socialmente establecidos. El pedido de que no les dirija amor debe interpretarse en estos términos.

“Me miraba. Era un negro. Íbamos los dos colgados, frente a frente. Me miraba con ternura, queriéndome consolar. Extraños sin palabras. La mirada es lo más profundo que hay”.

Narradora, “Año Nuevo”, p.58

Frente a toda una serie de cuentos que tematizan la incomunicación y la incapacidad de la palabra para unir y conectar a las personas, la mirada siempre cobra un valor especial en la narrativa de Arredondo. Sus personajes tienden a ser poco comunicativos y a compensar su falta de diálogo mediante una actitud contemplativa de los acontecimientos y una introspección profunda y reflexiva. En el caso de “Año nuevo”, el cuento más corto de todos los que integran esta selección, nos encontramos ante la historia de una mujer que viaja sola en tren mientras se celebra Año Nuevo. Mientras ella llora sin que se explicite el motivo, un hombre se compadece y la observa con ternura hasta consolarla. Entre ellos se produce un intercambio comunicativo no mediado por las palabras, pero suficiente para detener la angustia que la domina. Nuevamente, Arredondo jerarquiza el valor de la mirada como un modo de establecer lazos, de compensar aquellas cosas incomunicables mediante el diálogo.

“Había mucha sangre que contener en mi patria, aquí y en todas partes, yo no podía dejar de hacerlo”.

Narradora, “En Londres”, p.64

La protagonista de “En Londres” es una joven huérfana que se ha ido de México para vivir con sus hermanos en Londres. El relato se sitúa en un periodo sangriento de la historia política mexicana, en el que el presidente Francisco I. Madero, de origen revolucionario y democráticamente elegido, acaba siendo traicionado y posteriormente asesinado por el General Victoriano Huerta. La protagonista del relato está profundamente afectada por los acontecimientos que se viven en su país natal, y sus sentimientos respecto a lo que le sucede en Londres tienden a entremezclarse con sus experiencias pasadas. En este pasaje, la joven se encuentra con un hombre acuchillado en la puerta de su departamento y, en el afán de socorrerlo, se expresa también su deseo de detener el sangrado que aqueja su tierra de origen.

“Impura y con un dolor nuevo, pude levantarme al fin cuando el sol hizo posible otra vez el movimiento, el tiempo, y ante la mirada despiadada y sabia de los pepenadores caminé lentamente, segura de que esta experiencia del mal, este acomodarme a él como a algo propio y necesario, había cambiado algo en mí, en mi proyección y mi actitud hacia él, pero que era inútil, porque entre otras cosas, él nunca lo sabría”.

Narradora, “En la sombra”, pp.79-80

Este pasaje ilustra uno de los temas fundamentales de la obra arredondiana, aquel que la crítica coincide en denominar “La experiencia del límite”, una experiencia que lleva a los personajes de Arredondo a transgredir las barreras de lo que define su propia identidad, al tiempo en que transgreden, simultáneamente, aquellos códigos sociales que delimitan lo que es bueno y malo, puro e impuro, bello y feo, entre otros. En este caso, el sufrimiento, que a la protagonista de “En la sombra” le produce la infidelidad explícita y constante de su marido, la lleva a decidir acostarse en un parque con tres ‘pepenadores’, trabajadores humildes que viven de la recolección y venta de residuos. Esta acción, insólita en el personaje, debe interpretarse como una experiencia del límite en la que tanto transgrede su propio ser como los códigos morales que regulan sus acciones.

“Había aceptado su capricho esporádico de lo que él llamaba «el holocausto de las vírgenes», pero tomando en cuenta solamente su naturaleza de coleccionista. Me prestaba para recolectar su colección y eso nos unía más”.

Lótar, “Las mariposas nocturnas”, pp.86-87

Lótar, el narrador de “Las mariposas nocturnas”, es el amante de un rico hacendado llamado don Hernán. La riqueza de este hombre lo lleva a tener un gran poder entre los que lo rodean. Lótar tiene una relación extremadamente sumisa con él y, entre las actividades que don Hernán le manda hacer, se encuentra la de conseguir adolescentes vírgenes que accedan a acostarse con el hacendado a cambio de dinero. Don Hernán llama a su práctica ‘holocausto’, palabra que refiere tanto a un antiguo sacrificio religioso en que se quemaban a las víctimas, como a una gran matanza de personas que tiene como objetivo eliminar a un grupo social determinado, sea por motivos étnicos, religiosos o políticos, entre otros. La referencia más conocida a esta práctica es la del Holocausto realizado por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, que implicó el genocidio de millones de personas. Aunque don Hernán no asesina a las jóvenes, el hecho de que denomine a su práctica de esta manera da una idea del carácter siniestro de este personaje, que no duda en utilizar su dinero y poder para satisfacer sus caprichos de ‘coleccionista’.

“¿Has oído hablar de la no resistencia al mal? Uno no lucha más que con sus pasiones; con nada externo ¿ves?, y no es otra cosa que un agente receptor, una esponja que absorbe todo el mal y no lo rechaza ni lo devuelve, sino que se queda con él dentro, y lo rumia, lo envuelve, lo fracciona, hasta que puede digerirlo y con eso aniquilarlo”.

Paula, “Atrapada”, p.136

Esta cita es una de las que mejor ilustra la centralidad del tema del mal en esta selección de cuentos. Paula es una mujer que, tras haberse casado, comienza a delegar sistemáticamente su autonomía, y a renunciar a sus deseos y objetivos de vida para satisfacer las demandas de Ismael, su marido. Con el paso del tiempo, los desprecios e infidelidades de Ismael comienzan a afectar su autoestima y estado de ánimo, al punto de hundirla gravemente en la depresión. Pese a ello, Paula no consigue confrontar a su marido, ya que se considera inferior a él y siente que debe ser ella la que tiene que ponerse a su altura. Este pasaje tiene lugar luego de que Ismael invite a Paula a una reunión en lo de Toti, una amiga suya que ya ha afrentado públicamente a Paula y con la que ahora él se está acostando. La situación es extremadamente humillante para Paula, pero accede a ir para no molestar a su marido. Ella es consciente de que lo que hace Ismael es malo, pero decide no resistirse a ello y aceptar el mal con la creencia de que, de ese modo, podrá aniquilarlo.

Comprar Guía de Estudio Cita esta página