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Pasan dos semanas. Ellen se había desvanecido en la memoria de Archer. May está mucho más presente para él.
Una tarde, cuando está en su despacho privado en la oficina Letterblair, Lamson y Low, abogados (dónde Archer con poco entusiasmo practica la abogacía, tal como se espera de un hombre de su posición), uno de los socios principales de la firma lo convoca a una reunión.
Mr. Letterblair le cuenta que la Condesa Olenska quiere divorciarse de su esposo. La familia Mingott le pide que Archer se involucre en el caso ya que pronto formará parte de la familia. Ellos temen que el escándalo del divorcio de Ellen afecte su posición social. Archer no desea participar del caso pero finalmente, obedece a su jefe. Acepta leer los papeles y hablar con Ellen. Mr. Letterblair está satisfecho con su decisión y lo invita a cenar la noche siguiente.
Mientras Archer camina hacia a su casa piensa en el próximo encuentro con Ellen. Se da cuenta que hablar con ella es lo correcto porque será mejor que ella le cuente sus secretos a él a que lo haga a alguien con menor compasión que él. Archer, por primera vez, se da cuenta de la superficialidad de sus principios. Piensa sobre su romance con Mrs. Rushworth, una mujer casada, engreída y tonta. Archer piensa que los problemas de amor en Europa, como el caso de Ellen, son más complicados que los que ocurren en Nueva York.
Ellen acepta verlo a la noche siguiente. Durante la cena de esa noche, Mr. Letterblair y Archer discuten el caso. Mr. Letterblair está de acuerdo (al igual que la familia Mingott) que Ellen está equivocada en pedir el divorcio. Al llegar a la cena Archer compartía esa visión, pero ahora discrepa con Mr. Letterblair y con los Mingott. Mr. Letterblair quiere que Archer utilice su influencia para hablar con Ellen y convencerla de que retire la solicitud de divorcio. Archer y Mr. Letterblair finalmente llegan a un acuerdo: Archer no dará su opinión hasta oír lo que Ellen tenga para decir. Mr. Letterblair aprueba su actitud precavida.
Seguimiento de tema: Matrimonio 7