Treinta y seis años después, Archer está sentado en su biblioteca y recuerda todos los hechos importantes que tuvieron lugar en la habitación. Recuerda la noche que May le dijo que estaba embarazada y recuerda a sus hijos creciendo.
Muchas cosas han cambiado en todos esos años. May ha muerto y sus tres hijos, Dallas, Mary y Bill, ya son grandes. La sociedad neoyorquina también ha cambiado. Por ejemplo, Dallas está comprometido con Fanny, la hija de Julius Beaufort. Su compromiso impactó a la vieja sociedad, pero ahora nadie recuerda el escándalo financiero de Beaufort. En todos los años transcurridos desde aquel día en que Ellen se fue, Archer ha sido un buen padre y un buen marido. Sin embargo, sigue sintiendo un vacío que nunca lo abandonó.
Una llamada telefónica interrumpe sus pensamientos. Es Dallas que lo invita a unírsele para pasar unas vacaciones en Europa.
Seguimiento de tema: Lugares 11
En París, Dallas le dice que Ellen espera una visita de ellos. Archer no lo sabía: Fanny Beaufort se había hecho amiga de Ellen en viaje anterior a Francia. Fanny le prometió a Dallas que iría a ver a Ellen en cuanto volviese a Paris.
La invitación sorprende a Archer. Durante años imaginó que se iba ir a París a ver a Ellen. Pasado un tiempo, la idea se fue esfumando de su mente. No esperaba ir a ver a Ellen durante estas vacaciones. Archer recibe otra sorpresa: se entera que Dallas sabe lo de su amor por Ellen. May una vez se le contó a Dallas. Le habló del sacrificio hecho por Archer. Ahí Archer se da cuenta que May supo de su pena y de su vacío a lo largo de un matrimonio en el que simularon ser felices.
Mientras caminan hacia el apartamento de Ellen, Archer piensa en los treinta años de separación. Sabe que Ellen ha vivido en un mundo muy diferente y él se pregunta si debe ir a verla:
“Durante aquel tiempo, él vivió con su juvenil recuerdo de ella; pero ella sin duda tuvo otra compañía más tangible. Quizás también guardó su recuerdo como algo especial: pero si lo hizo, debió ser como una reliquia dentro de una pequeña capilla obscura, donde no había tiempo para rezar todos los días...” Capítulo 34, página 282
Archer decide sentarse afuera y no visitar a Ellen. Dallas no comprende porqué no quiere subir y le preocupa qué excusa le dará a Ellen:
“Su padre volvió a sonreír. 'Dile que soy anticuado, con eso basta'”. Capítulo 34, página 283
Archer mira hacia el apartamento e intenta ver a la gente por la ventana. Ve la silueta de una dama que seguramente es Ellen. Archer se da cuenta que para él Ellen es mucha más real en sus recuerdos que si la hubiera visto en persona.
Se sienta por un largo rato mientras el crepúsculo se hace más denso. Cuando un sirviente cierra los postigos de la ventana de Ellen, Archer lo toma como una señal. Se vuelve caminando, solo, a su hotel.