Archer mira la obra llamda The Saugraun. Una escena en la que los dos amantes se dicen adiós le hace recordar con intensidad su encuentro con Ellen una semana atrás, pero no sabe porqué. Ni él ni Ellen hablaron de romance o amor. Archer abandonó la casa de Ellen convencido de que ella había tenido un romance con el secretario que la había ayudado a escapar de aquel infeliz matrimonio, tal como se rumoreaba.
Archer ve a Ellen sentada en un palco con los Beaufort, Lawrence Lefferts, y algunos otros hombres. Mrs. Beaufort capta su mirada y lo invita a su palco; a pesar de que Archer había evitado a Ellen después de su último encuentro, entiende que sería una grosería rechazar la invitación. Va al palco y toma asiento detrás de ella.
Ellen mira a los amantes en el escenario y le pregunta a Archer, “-¿No crees... que él le mandará a ella un ramo de rosas amarillas mañana muy temprano?” Su pregunta lo toma por sorpresa a Archer. Después de su último encuentro él le había enviado otra caja de rosas amarillas y nuevamente sin su tarjeta personal. Ellen aparentemente se ha dado cuenta que fue Archer quién después de cada una de sus visitas le envió las rosas.
Ellen le dice a Archer que dejará de lado su divorcio, tal cómo él se lo había aconsejado y que está agradecido con él. Archer sale del palco incómodo porque ella hace alusión al tema. El día anterior Archer había recibido una carta de May desde St. Augustine, Florida, donde está de vacaciones con su familia. En la carta, le pide que sea amable con Ellen. Al principio, a Archer le divierte la ingenuidad de su esposa. Después de todo, Ellen parece ser capaz de cuidarse por sí misma y además Henry van der Luyden y Julius Beaufort están cuidando de ella. Pero Archer no puede dejar de sentir que Ellen está sóla y triste.