Cuando Archer visita Skutercliff, el mayordomo le dice que la Condesa Olenska no se encuentra. Se ha ido en coche a la iglesia con Mrs. van der Luyden. Archer decide ir hasta el pueblo, con la esperanza de encontrar al Ellen en el camino.
Casi enseguida ve a Ellen aproximándose a la casa. Está vital y alegre. Mientras caminan Archer le pregunta a Ellen qué es lo que la tiene preocupada y porqué siente que debe huir. Ella está de buen humor y bromeando evita sus preguntas.
Caminan hasta una pequeña cabaña en la propiedad de los van der Luyden llamada la casa del antiguo Protector. Ellen lo invita a entrar a conversar. Archer intenta preguntarle nuevamente porqué escribió que se sentía triste. Ellen se mantiene en silencio por un largo rato. Archer imagina emocionado que ella viene por detrás para abrazarlo. Mientras espera ve a Julius Beaufort que viene por el sendero.
Archer sonríe. Ellen se acerca y le toma la mano y mira por la ventana para ver qué es lo que le divierte. Cuando ve a Beaufort, Ellen retrocede, sin soltar la mano de Archer. Archer le pregunta si es Beaufort la razón de su temor. Ellen le responde que no sabía que se encontraba en el lugar. Archer suelta su mano y llama a Beaufort diciéndole que Ellen lo está esperando.
Cuando vuelve a la ciudad, Archer piensa en la sorpresiva visita de Beaufort. Archer sabe que Beaufort fue con la intención de tener un romance con Ellen. Se siente amenazado. Siente que Beaufort, a pesar de ser vulgar y grosero, le puede dar a Ellen emoción y acceso a la comunidad de artistas con la que ella quiere hacer amistad.
Archer vuelve a su casa y desempaca una caja de libros proveniente de Londres. Encuentra un pequeño libro titulado “La casa de la vida”.
“Lo abrió, y se encontró inmerso en una atmósfera distinta a cualquiera otra que hubiera respirado en un libro; tan cálida, tan rica, y sin embargo tan inefablemente tierna, que daba una nueva y obsesionante belleza a la más elemental de las pasiones humanas. Durante toda la noche buscó en esas páginas mágicas la visión de una mujer que tenía la cara de Ellen Olenska...”. Capítulo 15, página 114.
Los siguientes días fueron sombríos para Archer. Mrs. Archer y Janey comentan lo pálido que se lo ve. En el cuarto día, recibe una nota de Ellen pidiéndole que vaya al día siguiente así ella le puede explicar su situación con él.
Archer lee la nota varias veces. Durante toda la noche piensa en las diferentes maneras en que puede responderla. Por la mañana decide no contestarla. En lugar de eso, empaca y aborda un barco para ir a St. Augustine, donde está May.
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