Después que se retira de lo de Mrs. Mingott, Archer se dirige a la casa de los Beaufort, donde espera encontrar a Ellen. La encuentra en el momento en que está saliendo y le dice que sabe de su plan de permanecer en Nueva York. Arreglan para encontrarse la próxima tarde en el Museo de Arte.
En el museo, Archer y Ellen hablan sobre su nueva situación. Ninguno sabe qué hacer. Están de acuerdo en que es muy difícil estar uno tan cerca del otro y sin embargo tan lejos.
Finalmente, Ellen encuentra una solución; le ofrece pasar una noche con él y luego retornar con su esposo a Europa. Archer está desgarrado. Desea acostarse con ella, pero sabe que la perderá. Finalmente acepta y arreglan para encontrarse en dos días.
May llega tarde a casa. Le dice a Archer que ella y Ellen hablaron por un largo rato en la casa de Mrs. Mingott. Aunque no le dice a Archer sobre qué hablaron, Archer se da cuenta que May odia a Ellen y que está intentando ocultar su odio. La madurez que una vez él vio en ella (en St. Augustine cuando le ofreció liberarlo del compromiso) ha vuelto. En un momento, Archer casi le confiesa todo a May. Luego la madurez la abandona a ella y se convierte nuevamente en la esposa superficial que él conoce tan bien, aunque está inusualmente afectiva.