Mientras le dice adiós a Ellen, Archer siente que ha vuelto a vivir. Cree que ha encontrado una solución que permitirá proteger a las familias y al mismo tiempo seguir amándose. Ellen permanecerá en Washington para estar cerca de Archer. El no le pide a ella que viva más cerca (para proteger la reputación de sus familias).
A la mañana siguiente, en la estación de tren en Nueva York, se encuentra con M. Rivière. Archer lo invita a que lo visite en su despacho. Rápidamente se da cuenta que el francés es el mensajero del Conde Olenski. Su misión oficial ha terminado y Ellen ha rechazado la oferta del Conde y ahora M. Rivière le dice lo que él verdaderamente piensa, que al comienzo creyó que Ellen debía retornar pero que después de verla en Boston se dio cuenta que debía quedarse en América.
M. Rivière le dice a Archer que tuvo conversaciones con la familia Mingott y que todos coincidían que Ellen debía volver con su esposo. Al escucharlo, Archer descubre que él ha sido excluido de las conversaciones acerca de Ellen. Piensa que la familia de Ellen, incluida May, sospechaban que él estaría en desacuerdo.
M. Rivière le pide a Archer que haga todo lo que pueda para evitar que Ellen vuelva a su infeliz vida con el Conde. Antes de irse de la oficina de Archer, M. Rivière le dice que él fue el secretario que ayudó a Ellen a escapar de su marido.